"Cuando recuerdo mi infancia, me pregunto cómo pude sobrevivir siquiera. Fue una infancia desgraciada, se entiende: las infancias felices no merecen que les prestemos atención. La infancia desgraciada irlandesa es peor que la infancia desgraciada corriente, y la infancia desgraciada irlandesa católica es peor todavía."Así comienzan las memorias luminosas de Frank McCourt, que nació en Brooklyn en la época de la Depresión, hijo de padres recién llegados de Irlanda como inmigrantes, y se crió en los suburbios de Limerick, Irlanda. La madre de Frank, Ángela, no tiene dinero para dar de comer a sus hijos porque el padre de Frank, Malachy, rara vez trabaja, y cuando trabaja se bebe el sueldo.Las cenizas de Ángela está empapado en todas sus páginas del asombroso humor y compasión de Frank McCourt. Es sorprendente que el autor haya vivido para contarlo. Que haya podido crear, a partir de esa miseria y esa pobreza, una obra maestra impecable es pura y simplemente milagroso.Una obra extraordinaria en todos los sentidos. McCourt recupera mágicamente el amor, la dignidad y el humor de una infancia marcada por el hambre, la muerte y el dolor.