Entre las obras satíricas de Quevedo, los Sueños constituyen una pieza clave, tanto por el retrato caricaturesco que ofrecen de la sociedad en los primeros decenios del siglo XVII, como por encontrarse en ellos patente la evolución formal y estilística de la prosa del autor, ya que su composición hay que situarla entre 1605 y 1622.
Sueños es una obra imprescindible dentro de la cultura española, pues en ella no sólo se encuentra una magistral elaboración literaria, sino la representación más genuina de la esencia de la agudeza de ingenio, condensada en una de las grandes sátiras de todos los tiempos, a la altura de las inmortales inventivas de la literatura clásica. Al igual que otras composiciones de Quevedo, los Sueños deben situarse en el repertorio de las obras cumbre de la literatura española, teniendo ésta como característica el estar compuesta por cinco tratados independientes, aunque con unidad, lo cual le confiere una mayor fluidez, y facilita al lector el acercamiento a un escritor de estilo denso y complejo, como es Quevedo.