El día 18 de junio de 1982 ocurrió una muerte trágica. De entrada pareció escenificada como un suicidio, pero luego se acabará descubriendo que fue un asesinato. Esta muerte constituye el caso criminal del siglo XX.
Los investigadores dieron la vuelta al mundo en sus pesquisas tras las huellas de los criminales, miraron con lupa sociedades tapadera sitas en el Caribe y revisaron documentos diplomáticos secretos. Para poder aclarar las cosas el cuerpo de la víctima fue sometido nada menos que a tres autopsias. Hoy, a los veinte años de la muerte de Roberto Calvi, el llamado "banquero de Dios", el caso se encuentra a las puertas de su esclarecimiento: el proceso por asesinato en Roma está a punto de iniciarse.
Calvi no era en absoluto un ingenuo. El banquero milanés, a la cabeza del banco privadomás importante de Italia, jugó a todas, y lo perdió todo. En compañía de la Banca Vaticana ?el IOR? realizó negocios fraudulentos a lo largo de muchos años. Ambas partes obtuvieron beneficios: Calvi ascendió hasta muy arriba, hasta el nivel del poderoso banquero secreto del Vaticano que le proporcionó al políticamente ambicioso Papa polaco el dinero que éste necesitaba para su cruzada anticomunista en el Este. Pero cuando Calvi se encontró al poco tiempo con que no podía atender pagos, intentó extorsionar a Juan Pablo II. A los doce días Calvi había muerto, colgado del puente londinense de Blackfriars.