Con la aparición en 1764 de la novelaEl castillo de Otranto, del escritor británico Horace Walpole, da comienzo un género literario de filiación romántica: la narración gótica. Frente a la sencillez del clasicismo grecolatino, los escritores góticos reivindican el exceso y la exageración, lo recargado y retorcido, el caos frente al orden, lo pagano frente a lo cristiano.
La novela gótica invoca a menudo la tiranía del pasado: una oscura maldición familiar, el descubrimiento de algún crimen abominable cometido en el pasado y que nunca fue castigado. Su decorado favorito es el castillo feudal o el monasterio medieval, lleno de pasadizos secretos, mazmorras, criptas y osarios; sus personajes, atractivos y siniestros villanos, cándidas y virginales heroínas sistemáticamente perseguidas o ultrajadas, y apuestos y valerosos héroes, generalmente de noble cuna. Con estos mimbres, la narración gótica desarrolla una hábil estructura paranoica que distorsiona la realidad y nos estremece: fantasmas, brujas, cuadros animados, sepulturas profanadas, gemidos de ultratumba, cámaras de tortura de la Inquisición...
El presente volumen,Frenesí gótico es una selección de siete relatos, realizada por Juan Antonio Molina Foix, que nos ofrece las mejores narraciones de los autores más característicos del género.
La antología se compone de los siguientes relatos:
Maddalena o el Hado de los florentinos (1766), de Horace Walpole; La ninfa de la fuente(1791), de William Beckford;La anaconda (1808), de Matthew G. Lewis; El vampiro (1819) , de John W. Polidori; Los dados(1823), de Thomas de Quincey; El castillo de Leixlip (1822), de Charles R. Maturin; y El sueño (1831), de Mary Shelley.