Tinelaria está ambientada en la Roma vaticana de comienzos del siglo XVI y es a la vez un cuadro de costumbres y una comedia burlesca. Como cuadro de costumbres, nos permite conocer numerosos detalles de la forma de comer de la época (nombres de platos, utensilios y oficios de la cocina, rituales de la mesa, abastecimiento, organización y orden del servicio del comedor, etc.). Como comedia burlesca, escenifica los robos, trapicheos y malas costumbres de todo un retablo de ruines, que son los criados al servicio de un cardenal de la curia romana.
La Roma que encontramos en la obra escenifica un ambiente políglota y blasfemo, donde conviven una veintena larga de personajes, gentes de poco fiar, que se insultan o conspiran, se empujan o se abrazan, y en la última jornada ?en un fin de fiesta desenfrenado? comen y beben hasta caer borrachos por el suelo, cantando y bailando alocadamente, en una estampa que parece anticipar una pintura negra de Goya.