«La Nave es una maravilla científica; pero es, sobre todo, una morada humana. (...) La Nave lleva 700 años perdida en la inmensidad. Los hombres que la crearon, lanzaron y gobernaron primeramente han muerto. Han muerto también sus sucesores hasta la veintitrés generación. ¿Qué les queda, entonces, a los habitantes de la Nave cuando tomo la narración? Nada. Es decir, una remota raíz humana.» Con estas líneas describe Tomás Salvador su más fabulosa creación, La Nave. Una obra maestra acerca de la condición humana, del olvio y la memoria, de la confrontación de clases y del poder transformador de la palabra: «En la Nave sobrevive el hombre.»