Parménides, prominente jerarca griego del siglo V a.C., contrata al escritor Perinola para que le ayude a escribir un libro. Un libro indefinido que tiene en mente desde hace ya tiempo pero que no se anima a redactar por desconocimiento técnico. La única pista que Perinola recibe del jerarca es que su obra versará «sobre la naturaleza» y reflejará sus ideas. Las motivaciones de Parménides son muy claras: quiere ver un texto firmado por él, que difunda sus ideas por otras tierras, más allá de su muerte, un libro que, en definitiva, aumente su prestigio y alimente su ego. La relación entre estas dos personas interesadas en la literatura se vuelve intensa e interdependiente. Y así pasan los años, mientras Perinola intenta escribir un libro que probablemente nunca llegará a existir. Haciendo gala de una finísima ironía, Aira nos hace reflexionar acerca de cuestiones como el porqué del deseo de escribir o cuál es el pago justo a dicho trabajo, planteando cuestiones fundamentales en torno a la creación y el reconocimiento profesional e intelectual.