Una enigmática anticuaria de París cita en su local al narrador, un experto historiador, para entregarle un manuscrito encontrado, las memorias del caballero Bernard de Thorenc, que, desde la sabia perspectiva de la senectud, le sumerge en pleno siglo xvi, en un periodo en el que el fanatismo hace estragos en Europa y enfrenta a las dos orillas del Mediterráneo. Bernard de Thorenc ha servido a Carlos V y Felipe II, ha combatido en San Quintín, las Alpujarras y Lepanto junto a Cervantes y Juan de Austria. Ha sufrido las angustiosas mazmorras de Argel y las galeras berberiscas. Hasta que, decepcionado por la hipocresía de una corte española en la que campa la princesa de Éboli junto a los inquisidores, regresa a su hogar en busca de la paz que le ha sido negada. Pero se va a encontrar con más guerras de religión, ya no entre católicos y musulmanes, sino entre cristianos, hasta el punto de desgarrar su propio medio familiar y desembocar en la matanza de San Bartolomé, que sorprende a Thorenc en París. Una nueva sangrienta decepción en la que, tras la fachada religiosa, se esconde la lucha por el poder entre Catalina de Médicis, Carlos IX, Margarita de Valois y Enrique de Navarra, quien llegará al trono francés renunciando a su fe porque «París bien vale una misa».
Con la precisión histórica que le caracteriza, no exenta de lirismo y ciertas dosis de ironía, Max Gallo esboza por medio de este manuscrito encontrado un fresco de un siglo xvi lleno de intrigas y luchas por el poder, a través de las memorias, andanzas y amores del caballero Bernard de Thorenc. Un paseo por un periodo agitado y violento, sacudido por distintas guerras de religión, que Max Gallo utiliza en un juego de espejos como un reflejo pasado de nuestros días con el fin de que el lector pueda esclarecer y reflexionar sobre algunas de las claves actuales.