En 1467 conoce Beatriz Pereyra a León de Santa Fe. Durante el verano de ese año crece entre los dos un amor imposible, pues ella es cristiana vieja y él un converso judaizante. Repentinamente, aconteceres adversos separan a León de su amada, que, tras una infructuosa espera, se ve obligada a casarse para escapar del peligroso influjo de su madrastra. Así se convierte en mujer de Martín Barahona de Tera y señora de sus tierras, donde el destino volverá a hacer que su vida se entremezcle con los avatares de la comunidad judeoespañola, sacudida por el decreto de expulsión de 1492.