Bestias, de Federigo Tozzi, es un conjunto de fragmentos que aparentemente tienen una sola cosa en común, en todos ellos aparece, de forma casual o secundaria, un animal. Los fragmentos que abren y cierran el libro se caracterizan por la presencia de la misma ave que tiene un valor simbólico: la alondra, el pájaro de la armonía, del acuerdo entre hombres y naturaleza. El primer fragmento describe la dificultad de la alondra para adaptarse al mundo dominado por el hombre; en el último, el hombre llama a la alondra para que se lleve su alma. El conjunto podría definirse como una novela de la ciudad de Siena y de los campos de Toscana, con sus calles y plazas, y de los hombres, animales y objetos que la pueblan. Hay en Tozzi un respeto y una atracción por la naturaleza, tanto urbana como rural, incluso en sus aspectos más crueles, y un reconocimiento que resulta extrañamente moderno por su sentido ecológico: el de pertenencia a esa comunidad natural que le atrae tanto como le repele. Fue el crítico Giacomo Debenedetti quien reconoció en Tozzi una innegable voluntad narrativa, que en realidad «forzaba al fragmento a convertirse en piedra y ladrillo de un edificio»: a la construcción orgánica de un texto hecho de teselas que forman un mosaico, en sintonía con otros autores de su tiempo, como Luigi Pirandello o Italo Svevo, todos ellos implicados en este «tiempo de edificar».
Federigo Tozzi nace en Siena en 1882 en una familia de campesinos acomodados. Su padre, hombre autoritario y violento, dirigía una famosa trattoria de Siena. La madre, a la que Tozzi recuerda con cariño en toda su obra, era una mujer amable y enfermiza que perdió seis hijos antes de morir cuando Federigo contaba diez años. Su educación fue irregular. Tozzi fue, de hecho, un autodidacta, sensible y atormentado por su padre, que odiaba su afición a las letras y deseaba que su hijo se ocupara de la administración de las fincas. Se traslada a Roma y allí se casa con la escritora Emma Palagi. Trabaja como periodista y conoce a Luigi Pirandello y, sobre todo, a Giuseppe Antonio Borgese, editor de sus obras. Al morir su padre, hereda las tres fincas de Siena y se dedica a la administración de la hacienda familiar sin abandonar nunca la literatura. Muere de pulmonía en Roma en 1920.
Sus obras más conocidas son la trilogía de novelas sobre la «imposibilidad»: Con los ojos cerrados, Tres cruces y La hacienda. Pero su obra más original es Bestias, escrita en 1917 y fruto de la adhesión de Tozzi a la «poética del fragmento», difundida por el grupo artístico del periódico La Voce.