El capitán Ático, un joven de origen griego hijo de pescadores, y Septimio, un veterano centurión nacido en el seno de una familia romana de arraigada estirpe militar, han de llegar a un entendimiento si pretenden derrotar a las fuerzas cartaginesas, que llevan ya unos años histigando a Roma. Sin ninguna tradición asentada en la construcción naval, y con una experiencia muy escasa en el arte de navegar, la República romana se enfrentaba a la flota más poderosa y bien preparada que jamás hubiera surcado el Mediterráneo.
Sin embargo, tanto las convicciones y la educación recibida por Ático y Septimio, como las endémicas luchas políticas que entorpecen cualquier decisión estratégica, no facilitarán en absoluto ese entendimiento.