Estas singulares páginas de carácter autobiográfico dan cuenta de los años decisivos que forjaron la vida de quien ha sido definido como «uno de los mejores escritores del mundo» (Francine Prose, The New York Times). Las personas, circunstancias y lugares que le influyeron -la infancia en Brandeburgo, los años estudiantiles en Berlín, su exilio en los Países Bajos, el ejercicio de la medicina con la resistencia holandesa, la pérdida de sus padres- se entretejen, en el relato de Hans Keilson, con el impacto de la crisis económica, el antisemitismo y la guerra, pero la amistad, la música y la escritura también tienen un papel relevante. El resultado es el retrato único de una época convulsa y, a la vez, una aproximación a una mente y a una sensibilidad excepcionales.