A Beth Lowe le han enviado un paquete.
En su interior hay una carta informándole de que su madre, a la que hace mucho tiempo que no ve, ha fallecido. También hay un álbum de recortes que le resulta desconocido. Titulado El libro de los veranos, está lleno de fotografías y recuerdos reunidos por su madre para narrar los siete maravillosos veranos de su niñez que Beth pasó en la Hungría más rural.
En ese tiempo, tuvo que hacer equilibrios en la cuerda floja entre sus padres, recientemente separados, y entre dos países muy diferentes. Su arrebatadora, aunque imperfecta madre húngara y su amable y reservado padre inglés; la deslumbrante finca de un artista y una casa que se siente vacía en pleno Devon. Esa época tuvo un final desgarrador cuando Beth cumplió los dieciséis. Desde entonces, no se ha permitido pensar en sus años de infancia. Pero la llegada de El libro de los veranos precipita el pasado contra el presente, tan vívido, doloroso y esencial como siempre.