A Santiago Escalona, subinspector recientemente asimilado al cuerpo de mossos d´esquadra en la comisaría del barcelonés barrio del Raval, su antiguo superior ?ahora agonizante en el Hospital del Mar? le pide que investigue un posible asesinato hace muchos años olvidado; Alberto Boisgontier, estudiante y activista de izquierdas, murió la tarde del 19 de noviembre de 1975 al caer a las vías de la estación de Gràcia y ser arrollado por un tren, tres días después de salir de los calabozos de la Via Laietana, dónde le habían pegado una soberana paliza.
En su momento a nadie le interesó investigar el posible crimen; por una parte por la trayectoria del fallecido, y por otra, porque horas más tarde moría Francisco Franco, concentrando todos los titulares de los medios de comunicación.
Lo que parecía un mero capricho de un moribundo se convierte en una investigación en la que empiezan a aparecer todos los trapos sucios enterrados más de treinta años atrás. Nadie parece querer ayudar a Escalona a esclarecer el caso: ni la ex-novia (hija de un ministro de Franco), ni los policías que le detuvieron, ni los antiguos compañeros de partido del fallecido, ahora convertidos en personajes influyentes. Pero es cuando Escalona advierte que le siguen cuando toma conciencia de la dimensión del caso, y empieza a temer por su vida?
As anteriores novelas del subinspector Escalona han cosechado elogios unánimes de la crítica especializada:
«Muy buena novela negra con un tono convincente y trabajado en el que no sobra ni falta un adjetivo»
La Vanguardia
«Costumbrismo policial de buena escuela, con amenidad y soltura narrativa»
Fernando Martínez Laínez