Marie Belgorodsky, una francesa de 40 años, recibe en 1994 una carta de un familiar lejano del cual ignoraba casi la existencia. En la carta se habla de un “Libros de los destinos”, un diario que mantenía un tal Adichka en 1916 y 17, cuando la hacienda familiar en Rusia estaba a punto de caer víctima del pillaje y la destrucción. Cuando, finalmente, el diario cae en sus manos y una vez enfrentada con una historia que le es absolutamente ajena, Marie lo rechaza. Pero sólo hasta que abre la primera de sus páginas. En ellas se encontrará con una familia con tres hijos y una hija; soñará con un hombre del que ella misma podría haberse enamorado, el mismo Adichka; conocerá a la esposa de este, pianista, bella y despreocupada; se sucederán hermanos y hermanas; reconstruirá a sus abuelos y se dará cuenta de la felicidad que suponía vivir en Rusia cuando se tenía amor y dinero. La Rusia blanca de la nostalgia, la elegancia y la belleza.