Cuando Rogelio escucha de su mujer la propuesta de irse a vivir a Chile con toda la familia, se queda anonadado, y aunque acabará dejándose convencer como otras muchas veces, tendrá que ser ella misma, Violeta, la que se encargue de poner todo en marcha, desde el ánimo de su marido hasta la mudanza que los ha de llevar al país de los Andes. Una vez allí, Rogelio se ve desbordado ante la repentina realidad de tener que cuidar de sus siete hijos, que aunque colaboran en lo que pueden, no eliminan el trabajo normal de tamaña aventura.
Las dificultades de adaptación al nuevo país, el descubrimiento de un mundo tan diferente, el acostumbrarse a una Naturaleza que de pronto se revela agresiva, y la vida de los diversos miembros de la familia en cuestión son expuestos con un gran equilibrio narrativo e indudable belleza literaria que hace de lo cotidiano casi lo excepcional.
Un argumento aparentemente sencillo, pero intenso por la gran calidad con que está desarrollado, y por la indudable emoción de los aconteceres, hace de esta novela una obra de infrecuente fuerza creadora.