En Westerbork cada lunes, semana tras semana, se preparan las listas de los judíos que a la mañana siguiente serán arrojados a un tren de mercancías en un viaje sin retorno hacia la muerte: Auschwitz, Sobibór son algunos de esos destinos. Mujeres encinta, huérfanos, padres, enfermos, locos forman las grandes hileras hacia un tren que nunca se detiene. Nadie está a salvo. Ni los del Servicio de Orden, constituido por judíos que colaboran con los nazis, como el narrador de este relato, que, tras manifestar un atisbo de rebeldía y de humanidad en medio del egoísmo y de la más honda depravación espiritual, es enviado a un barracón de castigo, donde espera su irremediable sino. La noche de los girondinos es una novela conmovedora y amarga sobre el Holocausto. Jacob Presser, su autor, la escribió tras investigar la colaboración de los judíos holandeses con los nazis en las deportaciones masivas de judíos, de modo, pues, que constituye un informe bastante próximo a una de las épocas más sombrías de nuestra historia