En tan solo 160 páginas, Onieva consigue forjar un espacio mítico, Retamal, un pequeño pueblo del norte de Córdoba que fue línea de frente durante toda la guerra civil, en el que se entretejen con sutileza diversas historias de supervivencia. Aparte de la honda humanidad de dichas historias, destaca el dominio del lenguaje, sobrio y sereno, capaz de emocionar al lector a través de la sugerencia y de la eficaz delineación de los personajes tanto reales (Miguel Hernández, el teniente coronel Pérez Salas, Miguel Ranchal, Pedro Garfias, el capitán Blanco) como inventados (Blas Mesa, María de Guía Benítez, Mark, José Alamillos o Germán Navas), con lo que se configura un universo particular donde realidad y ficción se funden sin estridencias. De este modo, el autor consigue dar al conjunto una gran verosimilitud, reforzada por el escrupuloso rigor histórico que sirve de marco a las historias de ficción. Onieva ha sabido crear literatura a partir de una profunda labor de documentación en tanto que hilvana la información como mejor interesa narrativamente.
El resultado son nueve relatos donde se entrecruzan acciones y personajes hasta crear una auténtica obra coral, cuyo protagonista, que da unidad al conjunto, es el frío, capaz de hacer actuar a los personajes, de definir sus más íntimas sensaciones y emociones al corporeizarse e instalarse, como una fina lentilla, en sus córneas.
FRANCISCO ONIEVA RAMÍREZ (Córdoba, 1976). Unido familiarmente a Villanueva del Duque, reside en Pozoblanco, donde es profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES Antonio María Calero.
Ha publicado dos libros de poesía, Los lugares públicos (aparecido como plaquette en 1998, corregido en profundidad y ampliado en 2008; finalista del Andalucía Joven) y Perímetro de la tarde (Rialp, 2007; accésit del Adonáis). Su tercer poemario, Las ventanas de invierno, XXI Premio de Poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad, se encuentra a la espera de ser publicado en una editorial nacional. Ha coordinado el libro colectivo Palabra compartida (2007) y su obra poética ha sido recogida en antologías como Los círculos del aire (2008), Entre el puente y el río (2009), Antología del beso (2009), Terreno fértil (2009), Tintas para la vida II (2010), Un rayo que no cesa (2010) o El mercado de los pájaros (2011).
Como narrador, ha colaborado en el libro colectivo La puerta de los sueños (Ayto. de Pozoblanco, 2009; Premio Solienses 2010) con un relato titulado «Tourmalet, 3.000 piezas». Los que miran el frío es su primera incursión en la prosa de ficción. Se trata de un libro escrito a fuego lento, en el que los ingredientes han ido macerando y cociéndose durante más de cinco años y medio, los que median entre la primera redacción de «Viento de dirección suroeste» y las últimas correcciones.