Robert E. Howard nació en Peaster (Texas) en 1906, cuando
todavía humeaba la guerra civil norteamericana, aunque fue en la
localidad tejana de Cross Plains donde transcurrió la casi totalidad
de su corta vida -pues se suicidó a los treinta años-, en
medio de viejos ranchos que aún recordaban las incursiones de los
comanches. No obstante el subdesarrollo de las extensas tierras semisalvajes
en que vivió, Howard se convierte desde muy joven en uno de los
pioneros del «fandom» (el naciente mundo de las publicaciones
para aficionados, a las que enviaba entusiasta por correo sus relatos fantásticos)
y en discípulo destacado de la «escuela del Horror Cósmico»
-fundada por su amigo epistolar, y también excéntrico personaje,
H.
P. Lovecraft-, además de coautor, junto con otros muchos, de
las Sagradas Escrituras del horror cósmico que constituyen el extenso
ciclo de relatos denominado «Los Mitos de Cthulhu». Aparte
de su contribución a los citados Mitos, de la que recoge una amplia
muestra la presente antología, Robert E. Howard es sobre todo admirado
por su aportación fundamental, con el héroe bárbaro
Conan el Cimerio, al surgimiento y auge del género que aúna
las historias de aventuras, la antigüedad semisalvaje y el terror
sobrenatural bajo la denominación de «fantasía heroica»
o «sword & sorcery» (espada y brujería). Esta antología
reúne diecinueve de los mejores relatos de terror de Robert E. Howard,
e incluye dos de sus historias más celebradas por la crítica
y los aficionados: «Las palomas de infierno» (Weird Tales,
1938) «una de las más logradas historias de terror de nuestro
siglo», según Stephen King, y «Los gusanos de la tierra»
(Weird Tales, 1932), de la que Lovecraft auguró que «pocos
lectores olvidarán el repulsivo y fascinante poder de esta obra
maestra de lo macabro».