En París D. F. todo empieza con un mapa, mejor, con dos mapas superpuestos. Arturo, el protagonista, es un joven que lleva una vida anodina y que pasea por las calles del Distrito Federal buscando la superficie de los 105 kilómetros cuadrados de París, ese espacio soñado, ajeno a la crueldad, donde pueda suceder lo extraordinario. Un día, un atraco en la farmacia en la que trabaja trastoca su vida. El delincuente, abatido por la policía, muere a sus pies, pero la sensación de que la bala podía haberle llegado a él es demasiado perturbadora. Nada será igual a partir de ese momento en el que toma en sus manos la llave del azar, pero todo se decanta en la dirección no deseada: la violencia, el sexo, el cruce de tiempos y destinos paralelos. Realidad y delirio se confunden en esta novela en la que Roberto Wong nos habla de la ley de las probabilidades y de la mala suerte, pero también de la supervivencia y de las agresiones de las ciudades que habitamos. París D. F. nos descubre una voz osada, original, capaz de sacudirnos