A raíz de un desmayo producido por su enfermedad terminal, Teodoro del Pozo, un policía de narcóticos retirado en Extremadura, recibe la visita fugaz de un hombre que quiere recompensarlo por haber salvado su vida años atrás. Teodoro no se acuerda de él, pero ese hombre, que se presenta como un indio Soñador del Trueno, insiste en que conoce la manera de aplazar su muerte. Esta revelación concede al expolicía un último caso. De la mano de una mujer experta en retiros de sanación, Teodoro se introduce en las ceremonias que practicaban los indios sioux. En paralelo asistimos al relato de la juventud de Roni, un muchacho vasco en los años 80; década estimulante en que Euskadi descubría un panorama tanto de libertades como de fanatismo y dolor.