Cualquier sociedad democrática exige que los conflictos (interpersonales, familiares, laborales, políticos, internacionales, etc.) sean solucionados democráticamente, es decir, a través del acuerdo y la negociación.
El texto enseña a ser un buen negociador, y como ser capaz de llegar a un acuerdo con nuestros oponentes y no a cualquier acuerdo, sino al mejor acuerdo posible. Y para ello necesitamos tres cosas, cuando menos: mucho sentido común, un profundo conocimiento de la psicología social de las relaciones interpersonales e intergrupales, y un buen dominio de las técnicas y estrategias de negociación.