¿Es lo mismo exponer para vender que para mirar? ¿Podemos aprender algo de este campo de la exposición para aplicar sus técnicas en nuestros museos? ¿Y a la inversa?
Estas tres preguntas podrían muy bien definir el espíritu de este nuevo proyecto de investigación y experimentación que intenta romper límites incomprensibles, poder así salir del aislamiento de cada especialidad expositiva y aplicar otros caminos recorridos y trabajados por diferentes profesionales.
Dando un paso más en la concepción del trabajo colectivo, un equipo de treinta personas (arquitectos y artistas, diseñadores e historiadores, estudiantes junto a profesionales con experiencia) ha trabajado en grupos multidisciplinares, en materias tan importantes como la accesibilidad y la ergonomía, las tiendas y el escaparatismo urbano, el diseño de los stands y la organización de las ferias, las leyes del consumo y su interpretación expositiva en los grandes almacenes y superficies.
El rechazo a la especulación teórica ha llevado a aportar soluciones formales que faciliten la reflexión y crítica.