Cuando la autora de este texto era una niña, cada vez que había una tormenta se acurrucaba como un pajarillo asustado.Ya de mayor, sus hijos le preguntaron el porqué de los truenos y los relámpagos. Entonces ella se puso, sin miedos, delante de una ventana con papel y bolígrafo y dejó que el cielo y las montañas le contaran esta historia de un niño llamado Alejo,su amigo Eloy y unas nubes parlanchinas con muchas ganas de ir de fiesta.