Eustaquio se prepara para salir a hacer la compra pero, mala suerte: el cesto está roto… Entonces va deprisa y corriendo a su tienda preferida para encontrar una solución. O eso creía, pero nunca estamos a salvo de bromistas… El vendedor le fija a Eustaquio a la espalda, a modo de mochila…, ¡un oso! Uno de verdad, de carne y hueso… ¿Podrá Eustaquio hacer la compra en esas condiciones?