Acerca de " Mar último " , afirma el propio autor: " Este libro es el resultado de un esfuerzo por sumergirse en el seno de la palabra; palabra que se presenta como mediadora entre la realidad y la conciencia, mostrándose como instrumento capaz de hacer posible el encuentro entre ambas. Es así que la palabra poética celebra la consumación de los seres, de las cosas en su más inmediata aparición, y nos desvela una porción de realidad que permanecía oscurecida, cumple así una función de anamnesis, de naufragio. En su regresión, la palabra parece abocar a lo " averbal " , al territorio inarticulado (ritmo, fluencia de imágenes) de la conciencia que apunta necesariamente a la infancia, a la edad donde los seres y la conciencia se confundía " .