Fechados entre 1993 y 2009, los poemas de Y ningún otro cielo suponen la vuelta a la poesía, después de casi una década sin publicar, de Abelardo Linares. Desde su apertura panorámica de Nueva York, «el mayor decorado de los siglos de los siglos», hasta el cierre en homenaje a Pedro Salinas, y la constatación del amor como «nuevo principio que dé razón al mundo», el libro traza un itinerario que es también una indagación en las convicciones íntimas, en el sentido de la existencia, en cuanto aparece la pasión. Sus cinco partes nos conducen, a modo de círculos concéntricos, por escenarios neoyorquinos o sevillanos descritos con ojos nuevos, pero también por interiores y habitaciones de hotel en los que se nos cuenta el relato del deseo, la recreación de una sensualidad sin culpas ni remordimientos: «Y ningún otro cielo / que el que quiera llegarme de tu boca, / húmeda de muchos besos».
Con el impecable rigor formal de maestros a los que rinde homenaje, como Manuel Machado, Cernuda o Salinas, y un lenguaje que alterna la evocación culta con formas más populares, Y ningún otro cielo ofrece, al modo de variaciones románticas, una brillantísima colección de poemas amorosos. Y sobre ese fondo intimista, la serenidad y lucidez de la experiencia, moduladas a la manera de los poetas clásicos.