El día es el transcurso de la luz, y todo transcurso es tiempo. Cada jornada recorremos su propia distancia: la distancia de nuestra experiencia aprehendida paso a paso, entregada, compartida de la dimensión contidiana de irnos haciendo y deshaciendo en palabras, afectos, compromisos y pérdidas. Esa pequeña eternidad de cada instante; ser memoria en aquellos que nos aman.
A veces cavilamos en voz alta si la reflexión en compañía nos ayuda a mitigar el desasosiego de la certidumbre. Y nos detenemos un momento bajo el sol, o junto a un árbol, o al lado de una fuente, para oírnos latir: Así suena la vida. Porque, dentro del día, acaso, la esperanza. El camino nos va llevando sin prisas del centro a las afueras. Pero el itinerario nunca deja de ser luminoso, porque también la periferia del ser es ser completo.
Federico Gallego Ripoll nació en Manzanares en 1953. Tras la antología Un lugar donde esperarte (2008), donde se recogen poemas de sus catorce libros publicados entre 1981-2007, correspondiente a dos períodos existenciales bien definidos, Dentro del día, acaso inaugura una tercera etapa que el poeta quisiera desnuda, sencilla y transparente. Premios como el Jaén, San Juan de la Cruz y Emilio Alarcos, entre otros, han reconocido su obra.