Esta brillante obra de historia cultural, política y militar cuenta las crueldades infligidas por Stalin y Hitler sobre Leningrado y la composición de la famosa Séptima Sinfonía de Dmitri Shostakóvich frente al trágico telón de fondo del asedio nazi y de los años de represión y terror estalinistas que lo precedieron. Con elocuente detalle, Brian Moynahan describe la rica y variada vida cultural de Leningrado durante las décadas de 1920 y 1930, y, basándose en una ingente cantidad de nueva documentación, narra las purgas que ordenó Stalin a partir de 1934, especialmente implacables con sus más estrechos colaboradores, con los militares de más alto rango, y contra los más apreciados intelectuales de Leningrado, incluido Shostakóvich. Este relato de persecución y locura se entrelaza con la dramática crónica de la brutal invasión nazi de junio de 1941. Mientras los alemanes avanzan a través de Rusia, sitian Leningrado y la aíslan del resto del país. A medida que iban pasando los meses, la población soportó el hambre, el frío y unas privaciones inimaginables, y sin embargo siguió resistiendo frente a la aparentemente invencible máquina militar alemana. El libro culmina con el estreno de la Séptima Sinfonía el 9 de agosto de 1942 en Leningrado. Inmediatamente después de un bombardeo de artillería programado para acallar los cañones alemanes, el director Karl Eliasberg levantó su batuta y empezaron a sonar las primeras notas. La sinfonía fue interpretada por unos músicos a los que se consiguió sacar del frente y de las bandas militares, ya que tan sólo veinte de los cien intérpretes de la orquesta habían sobrevivido, y estaban tan débiles que temían no ser capaces de tocar la partitura entera ante un público igualmente extenuado. El estreno de la sinfonía, que se transmitió por radio a los soldados del frente y a los aliados de todo el mundo, fue un concierto único, que no ha vuelto a ser igualado.