El protagonista de esta novela divertida y entrañable está entrando en la edad de la razón, aventurándose al fin ante su primera relación seria con el trabajo. Adiós a los empleos esporádicos en Módena y la provincia, adiós a la vida desordenada y a las novias que no fuman: la capital, Roma, y una gran empresa le esperan... Pero lo cierto es que él sigue prefiriendo vagabundear, demorarse, perder el tiempo: los paseos entre los altos pinos o junto al río Tíber al atardecer; esas chicas guapas sin nombre que se encuentra en el autobús al trabajo; las conversaciones con sus nuevos compañeros de piso muy tarde ya, trasnochando aunque tenga que madrugar al día siguiente.
El narrador en primera persona de Cornia, su protagonista, nos ofrece aquí una especie de vitalismo tímido, un candor naturalmente hostil ante los prejuicios y la generalización; un humor que en sus manos se convierte, de tan afilado, en un bisturí. Trabajos precarios, experimentos inciertos, situaciones sociales paradójicas: a pesar de ellos es posible ser feliz. Basta con saber decir no, basta con desear otras cosas y de otro modo... Una conexión cómica y cósmica entre el mundo interior y el mundo exterior.