aPor primera vez, Ángela Molina nos habla de su vida y lo hace con la voz de su íntima amiga, Elena Martínez, a quien vemos detrás de su mirada, relatando en estas páginas muchos de los recuerdos de una actriz única con la que convivió desde que eran pequeñas. Momentos inolvidables de una infancia divertida y alborotada, sueños cumplidos, éxitos en el cine, separaciones y reencuentros… Y por supuesto de una familia muy especial, los Molina, cuyo «amor infinito» fue para Ángela «la mejor escuela para aprender a saborear, a gozar, a vivir cada instante del resto de mi vida». De ahí estas palabras suyas:
«Siempre he sentido que mi familia es la cuna de lo que soy. Mi vida entera nace, no solo físicamente, de mi padre, del mundo de mi padre. Él es el manantial. Como si todo mi mundo, como si el mundo entero, estuvieran ahí, en él y en los que le rodeaban y trabajaban a su lado».