Francisca Aguirre (Alicante, 27 de octubre de 1930) pertenece a la generación de mujeres que tuvieron la vida más difícil de la España del siglo xx, la de quienes eran niñas durante la guerra. Se puede pensar que la de sus madres fue aún más dura, pues, adultas ya, tuvieron que encarar penuria y sufrimientos día a día, pero no lo creo: despertar a la vida, adquirir conciencia (aquello que se llamaba "uso de razón") durante una guerra civil -con todo lo que conlleva- es lo más terrible que le puede ocurrir a un ser humano.
Compuesto entre 1992 y 2000, en Los maestros cantores la autora hace ejercicio de gratitud y admiración por aquellos, tantos, que literalmente le han salvado la vida; son los hombres y mujeres que han acompañado su trayectoria espiritual, intelectual y moral. Se trata de un libro afirmativo y emocionante, que hilvana el diálogo con los nombres amados, dejándose conducir por su energía. El arte cura, sí, o, dicho de otro modo, sólo en el terreno del arte -vale decir, de la poesía- halla sentido la vida.
Olvido García Valdés, del prólogo a esta edición.
Después de Ensayo general. Poesía completa 1966-2000 (Calambur, 2000), Francisca Aguirre ha publicado La herida absurda (2006), Nanas para dormir desperdicios (2008) e Historia de una anatomía (2010). Su obra ha sido galardonada con los premios Ciudad de Irún, Internacional de Poesía Miguel Hernández y Alfons el Magnánim, entre otros, así como con el Premio de la Crítica Valenciana al conjunto de su obra.