Resulta verdaderamente enigmático constatar hasta qué punto el ser humano abriga las más diversas emociones sociales. Está capacitado para entregarse incondicionalmente a los suyos, sacrificarse por ellos, reciprocar el bien o los favores que recibe de otros. Sabe amar a los amigos, perdonar a los enemigos, confiar y coaligarse para cooperar en grandes grupos humanos que exigen la subordinación y coordinación de voluntades e intereses. Apto también para asociarse en la agresión colectiva, la guerra o el dominio de otros, a la vez que extermina y siembra la destrucción y el terror, es asimismo capaz de dar cobijo a la esperanza, la negociación y el entendimiento mutuo, dispuesto a mostrarse generoso a la hora de apoyar a sus semejantes y de echarles una mano cuando se hallan en condiciones extremas.
Los estudios de cognición y evolución social que aquí se compilan atienden a esa caledoscópica capacidad de la sociabilidad humana. Con un planteamiento alternativo de las emociones sociales que han evolucionado para posibilitarla y regularla, introducen herramientas conceptuales y modelos teóricos innovadores que invitan al desarrollo de una nueva ciencia social cognitiva.