Los protagonistas de esta historia son dos niños –el narrador y Jacob–, un lugar –un pueblo encajado entre una colina y el mar– y el tiempo. El tiempo de los juegos, donde cada uno se da cuenta de que ha encontrado un compañero con el que compartir sueños, desafíos, esperanzas, miedos. Y el tiempo del recuerdo y de la nostalgia, porque un día la familia de Jacob se va sin decir nada.
¿Qué le queda entonces a la persona que no se ha ido? ¿El dolor del abandono, grande como una montaña? Un recuerdo que es una esperanza? ¿Una sorpresa escondida que es seguridad?
Un cuento explicado como una elegía, a través de unas palabras que fluyen como los recuerdos y de unas imágenes realistas que contienen algunos elementos simbólicos que invitan el lector a contemplar la belleza del arte y la literatura, que nos hablan de lo que realmente importan en la vida.