En 1978 nuestro ordenamiento jurídico daba un vuelco radical con unas pocas palabras “todos somos iguales ante la ley”, consagradas en la Constitución. Se acababan así muchos siglos de desigualdad entre mujeres y hombres, especialmente intensa durante los cuarenta años de dictadura. O eso parecía. Pero del dicho al hecho hay un buen trecho. No bastaba con palabras. No basta decir que somos iguales para que realmente lo seamos.
De eso trata este libro. No se puede concebir la igualdad sin tener en cuenta los obstáculos que impiden que sea una realidad. Obstáculos de todo tipo que están firmemente arraigados en nuestra sociedad, aunque a veces ni siquiera seamos conscientes. Esos obstáculos tienen un nombre: machismo. Y una fórmula para combatirlos: la igualdad. El problema estriba en encontrar los medicamentos adecuados y la forma de suministrarlos para que surtan efecto. La perspectiva de género es uno de esos medicamentos, tal vez el más potente, y hay que prepararse para saber aplicarlo. Ojala las generaciones posteriores no lo necesiten, porque ya se les haya aplicado la vacuna, que no es otra que la educación en igualdad. Mientras tanto, la Justicia que, según esa misma Constitución emana del pueblo y a él pertenece, habrá de aplicarse a fondo para atajar ese machismo endémico que arrastramos desde la noche de los tiempos.
Además el libro está prologado por Gloria Poyatos, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, epilogado por Teresa Peramato, fiscal adscrita a la Fiscalía de Sala contra la Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía General del Estado e ilustrado por la artista Carolina Calvo.