Bajo el título de Retablo jovial Alejandro Casona agrupó en un solo libro cinco obras cortas, cinco divertidas farsas, escritas originariamente para ser representadas en el teatro que el propio autor dirigía, que no son sino motivos de la tradición literaria española clásica y popular. Las cinco son, pues, readaptaciones de otros tantos textos literarios: Sancho Panza en la ínsula, Entremés del mancebo que casó con mujer brava, Farsa del cornudo apaleado, Fablilla del secreto bien guardado y Farsa y justicia del corregidor. El propósito del autor era, sin duda, el de entretener y divertir a través de una trama de burla y enredo. Subyace en ellas, no obstante, el propósito didáctico de poner al pueblo en contacto con los clásicos; y no falta, tampoco, a través del humor, la crítica de determinadas actitudes individuales y sociales y una amable sátira de algunos comportamientos humanos. Así, en un momento de crisis para el teatro, Casona supo traspasar los límites del realismo y conferir al teatro dignidad y categoría literarias.