Hablar de Dios es tan peligroso como necesario'. La búsqueda incansable de infinito, el deseo de conocer a Dios, la apertura de la razón al misterio, las distintas pruebas de la existencia de Dios... Éstas son algunas de las cuestiones a las que esta obra, concebida y construida de principio a fin sobre el doble tesoro de la philosophia perennis y de la experiencia cristiana, intenta responder. Mediante la variedad de los puntos de vista ante los que invita al lector a situarse, el autor quiere ayudarle a comprender la diversidad y las conexiones de los elementos que concurren en nuestro conocimiento de Dios.