Cada vez estamos más pendientes de las pantallas, tanto es asÍ que, en ocasiones, nos olvidamos de ser afectuosos los unos con los otros. Mantenernos cerca es simple, basta con un abrazo. Los abrazos son actos de gran valor y belleza. Tienen el poder de conectarnos con los demás, de recargar nuestra energía, borrar los miedos, emocionarnos y hacernos sentir especiales, sumando los verbos «recibir y dar». Los abrazos son una fuente natural de oxitocina, la hormona de la felicidad, por lo que los psicólogos recomiendan practicarlos sin moderación: rápidos, lentos o interminables, nunca son demasiados, todos son buenos sin excepción.