Lluvia vive por y para su hija Iris. Por ella sería capaz de todo, hasta de dibujar en su cara una sonrisa que maquille el cansancio y los problemas con los que tropieza cada día.Su vida se pintaba con otros colores diferentes al blanco y negro...Era joven... Es joven... pero con responsabilidades impropias para su edad, como convivir con el vago de su novio, padre de su hija, o intentar sacar dinero de debajo de las piedras para pagar las factura a primeros de mes, por no olvidar que debe robar horas al sueño para aprobar sus estudios.Ya se había adaptado a sus problemas... No necesitaba más... pero llegó Logan, el nuevo dueño del restaurante en el que trabaja.Es joven, eficiente, ordenado y... muy guapo... Demasiado guapo para su propia salud... aunque hay una pega: mal carácter.