Hace tres mil an771;os, bajo mandato de la divini- dad, el Arca de la Alianza fue creada en el Monte Sinai769; por el pueblo de Israel, y trasportada poste- riormente a Jerusale769;n. Alli769;, en el Templo, fue ado- rada como el ma769;s divino de los objetos sagrados. Se trataba de la reliquia que justi caba la relacio769;n directa de Dios con su pueblo elegido en la Tie- rra. Pero, en algu769;n momento de este remoto pa- sado, el Arca desaparecio769;. Los diferentes indicios que los textos legaron dieron origen a una bu769;squeda que ha inspirado a creyentes y cazadores de fortunas durante mi- lenios, convirtiendo el Arca en uno de los tesoros ma769;s codiciados desde la e769;poca de las cruzadas hasta la actualidad, llegando a convertirse en la reliquia ico769;nica de la cultura pop de los ochenta. Pero en realidad, la legendaria Arca perdida no se encontraba tan perdida, sino a salvo, escondida en una iglesia de Etiopi769;a, donde habi769;a sido trasladada secretamente hace ma769;s de mil an771;os, y donde au769;n se conserva. O eso dice la leyenda.