Con el acelerado surgimiento de tecnologías, plataformas y nuevos modos de relacionamiento social, la experiencia cinematográfica se ha ido diseminando hacia una pluralidad de nuevas variantes. Desplazarse hasta un auditorio para asistir a una proyección es ahora solo una de las tantas opciones que existen al momento de ver una película.Jacques Aumont se pregunta si acaso estas nuevas formas de visualizar en otros dispositivos ha abierto nuevos caminos al cine, en términos de consumo cultural, o si lo está conduciendo a una inminente desaparición. Puede ser que el cine todavía esté lejos de desaparecer; sin embargo, los cambios paradigmáticos que ha sufrido en su producción, difusión y recepción, como resultado del avance de las tecnologías, han reconfigurado indudablemente su presente y futuro como práctica cultural.Se propone una reflexión sobre lo que queda del cine en la era digital ?y del aislamiento social? y ofrece un valioso aporte en un álgido debate que se actualiza día a día.