Los avances tecnológicos se están sucediendo a una velocidad vertiginosa que, en muchos casos, supera nuestra capacidad de poder comprenderlos. La revolución tecnológica que propone la Cuarta Revolución Industrial viene a acuñar la expresión de herramientas clásicas, adaptadas a las necesidades actuales que presenta una ciudadanía que ya no es local, sino global. La innovación en la educación cumple, en este sentido, un papel protagonista, y se convierte de este modo en la base donde se cimentará el futuro de la economía y de la sociedad.