Cuando Sophie Trelles-Tvede era una estudiante universitaria, inventó la primera goma de pelo en forma de espiral del mundo con solo 18 años y la llamó invisibobble (renunciando a muchos vodka tonics e invirtiendo todo el dinero ahorrado en su invento). Ahora, con 28 años, ha vendido más de 100 millones de este accesorio para el cabello, a través de 100 000 puntos de venta en más de 70 países, y su negocio factura decenas de millones de dólares al año. 100 millones de Hair Ties y un Vodka Tonic es una mirada entre bastidores a lo que realmente supone emprender y poner en marcha un negocio. Con una gran dosis de humor, Sophie relata su experiencia con las trabas legales, las negociaciones con los distribuidores o con el proceso de fabricación, pero también cuenta los errores que ha cometido y los retos y desafíos, a veces totalmente imprevisibles, a los que se ha tenido que enfrentar: cuando un barco con 10 000 invisibobbles se quemó, cuando Amazon retiró toda su gama de productos justo antes de Navidad o cuando un tifón destruyó su fábrica en China pero nadie se lo contó durante semanas. Los secretos del