Con el corazón roto, la escultora Grania Ryan busca refugio en su tierra natal irlandesa. Durante un paseo por los acantilados de la bahía de Dunworley, Grania se ve repentinamente arrancada de sus pensamientos sombríos: en el borde del acantilado se encuentra una niña, descalza y solo vestida con un camisón. El viento tira de la frágil figura y, de repente, preocupada, le habla al niño. Pero a través de este encuentro, Grania abre la puerta a una trágica historia familiar que se extiende por generaciones, una historia de vida y muerte que tiene más que ver con ella de lo que ella puede imaginar.