Oscar Wilde hace un retrato divertido y asombroso en el que urde una comedia brillante y un alegato enérgico contra la superstición. Lord Arturo Saville, un joven acomodado y con un brillante porvenir, acude, acompañado de su prometida, a una recepción organizada por lady Windermere. Allí, el quiromántico de la anfitriona, después de leer su mano, le anuncia que cometerá un asesinato. Anticipándose a su destino, el joven concibe la idea de llevar a cabo tal propósito con objeto de pasar página y de continuar adelante con sus planes de boda, sin embargo, sus sucesivos intentos resultarán infructuosos. Wilde, con su ingenio habitual, nos ofrece un relato intrigante y divertido que no oculta, además, una crítica mordaz al esoterismo y a ciertas costumbres de la época.