Entre las palabras y las cosas, ¿hay una correspondencia esencial,o puede haber cosas que tengan lugar en un espacio distintodel de las palabras? ¿Bajo qué orden las ciencias humanaspensaron las cosas desde el Renacimiento? ¿Era la representaciónel fundamento de ese orden? ¿Qué papel desempeñaronlos nombres, el discurso, el lenguaje, en esa arquitectura?La publicación de esta obra en 1966 consagra a su autor comouno de los intelectuales más originales de su época. Aquí Foucaultaborda estos interrogantes y concluye que entre esas dos regionestan distantes -las palabras y las cosas- existe un quiebre, un vacío,un confuso dominio, y que es por la naturaleza de ese desencuentroque las certezas y verdades supuestamente permanentes vancambiando a lo largo de la historia.Las palabras y las cosas es una arqueología de locontemporáneo, ya que las ciencias humanas son caracterizadasaquí fundamentalmente como prácticas e instituciones,y el conocimiento, como el resultado de un sistema de reglasque son propias de cada época y no del progreso de la razón.de una síntesis teórica radical. Radical, no en el sentido extremis