Perdón por lo de anoche. ¿Pero…, qué pasó anoche?
Ella está obsesionada con Madeleine, a quien observa de lejos con el corazón latiendo mientras intenta obtener la mayor información posible sobre ella sin atreverse a hablarle.
Ella aprovecha una fiesta de estudiantes para finalmente acercarse a él, pero toma demasiados tragos para darse consistencia y termina completamente borracha. Al día siguiente, se despierta con resaca y descubre que ha robado varios objetos preciosos el día anterior, sin embargo, sin recordar exactamente cuándo ni por qué; apagón total. ¡Además, Madeleine llama a su puerta! No se trata de admitirle esta repentina crisis de cleptomanía, ¡ella esconde todo lo jodido debajo de su cama! Muy rápidamente, los ojos se encuentran y las manos se rozan... Es imposible retroceder para Ella, dividida entre una vergonzosa culpa y una explosión de alegría y amor.