Fermín y Valentina están bajo el cerezo cuando cae una cereza, justo en la cabeza de Fermín. Ha sido Tano, sin querer, pero Fermín se enfada mucho y quiere venganza. Le tira una cereza a Tano y lo hace caer y, de rebote, también recibe Valentina… A Fermín le sabe muy mal y en seguida hacen las paces y acaban comiendo cerezas juntos. Pero se comen tantas que les empieza a doler la tripa y tienen que salir corriendo a hacer caca.