"Al abandonar en gran parte el encriptado esotérico -escribe en sus conclusiones el autor de este libro, el prestigioso lingüista francés François Rastier-, los Cuadernos negros echan por tierra la máscara del discurso ontológico y rechazan las elevadas consideraciones que leyeron en él los apologistas cuando reconocieron en Heidegger a un filósofo grandioso y a un nazi falsamente ordinario. Ahora, muy al contrario, ese nazi extremista considera a los hitlerianos demasiado conciliadores y sus escritos se inscriben en el momento presente en la sección más radical de los clásicos de esa ideología mortífera. De ahora en adelante se apartan de la tradición filosófica, a la que por otra parte vilipendiaban fundamentalmente aunque instrumentalizaban con fines sectarios. La cuestión no es leer a Heidegger, sino ¿cómo?".