“El año 2015 me hizo entender lo que había sido el colaboracionismo: pude observar hasta qué punto el confort intelectual, carnalmente unido al instinto de supervivencia, impulsa a las mentes más brillantes hacia la complacencia y la cobardía. Bajo la fachada de la educación y la cultura se ocultan animales que, en cuanto pueden, corren hacia el plato más lleno y lamen las manos del amo que los golpeará menos fuerte. Ya sean universitarios repletos de diplomas, escritores elegantes o polemistas de moda, la gran idea que se hacen de su propia persona amerita permitirse algunas traiciones o bajezas. Sacrificar el pellejo ajeno para salvar el propio les parece lógico, ya que están convencidos de estar por encima de todos. Pues pertenecen a la raza de los dominantes.”
Un minuto cuarenta y nueve segundos cuenta una historia colectiva y su atomización instantánea y ultraviolenta. Es el relato íntimo y razonado de un acontecimiento que terminó formando parte del dominio público: el atentado terrorista contra Charlie Hebdo, el 7 de enero del 2015, como represalia a la publicación de caricaturas de Mahoma en el 2006.
Riss, actual director de Charlie Hebdo que resultó gravemente herido durante el atentado, intenta reapropiarse de su propio destino y volver a habitar una vida brutalmente despoblada. Con un coraje intelectual poco frecuente, se ocupa en este libro de pensar su condición de víctima, las inimaginables consecuencias de la masacre ideológica, el escándalo de una reeducación que mezcla dolor, pérdida, duelo, indignación y rabia